Creo que nada
tiene que ver con nada pero en el fondo sé que todo tiene que ver con todo. Por
eso fluyo, hago, soy y dejo ser.
Me encuentro con
un libro, lo observo y encuentro huellas de otros, me transporta a un pasado
que no viví, me encuentro en un tiempo suspendido donde las palabras que dejó
mi abuela traen a la memoria su perfume, su mirada, sus mimos.
Libros como
objetos inmortales, donde intento dejar mis reflexiones para que cuando yo sea
abuela, aquellos niños o niñas inquietos puedan sentirme y hallarme flotando en
el tiempo que estoy ahora.
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